Emprender un nuevo proyecto es una de las tareas más complicadas que nos podemos encontrar en nuestra vida y es que esto supone que dediquemos gran parte de nuestros recursos, no solo monetarios, sino que también de tiempo y esfuerzo para sacar adelante un proyecto personal. Un hecho complicado que, en caso de que nos salga mal, nos puede llevar a la ruina o dejarnos en una posición bastante complicada. Sin embargo, la realidad es que en muchas de las ocasiones sale bien y esto es algo que se debe a que no todo el mundo tiene la valentía de emprender, sino que quien lo hace, lo saca adelante siendo consciente de los riesgos que corre y lo pone en marcha tras hacer varios estudios de mercado y de viabilidad económica. Es por ello por lo que para todos aquellos que tengáis en mente abrir un nuevo comercio, ya sea físico o a través de la red, a continuación, os queremos plasmar algunas de las cuestiones que debéis de tener en cuenta para que todo fluya y que no nos encontremos sorpresas sobre la marcha.
Una de las primeras cuestiones es la relativa a la forma jurídica que le queremos dar a nuestra empresa y es que cada una de las posibilidades tiene sus ventajas y sus contras. Por ello, en función de cual sea nuestra intención, así como nuestro volumen de negocio o nuestro número de empleados, tendremos que optar por una u otra y forma y, por consiguiente, tributar también por el porcentaje correspondiente. Además, a la hora de registrar nuestro nombre social debemos de hacerlo a través del formulario correspondiente que existe en las administraciones públicas y que tendremos que completar con tres opciones diferentes, siendo la primera la más prioritaria. Este trámite se trata de una certificación negativa y se hace para que dos empresas no coincidan con el mismo nombre. Es por ello por lo que, si el primero está ocupado, automáticamente se pasa a la segunda opción y así hasta la tercera. Momento en el cual, en caso de que también esté ocupada, se han de reenviar otras tres nuevas opciones.
En lo tocante a la fórmula por la que optemos, hoy en día, los negocios a través de la red están creciendo a un ritmo vertiginoso, sin embargo, siguen siendo muchos los comerciantes que apuestan por tiendas físicas. Es en este campo en el que debemos de tener también en cuenta que para abrir una tienda debemos de completar una serie de trámites, algunos más complejos que otros. Lo primero es encontrar el local en cuestión y, a partir de ahí, comenzar a movernos para saber hasta que punto podemos modificar su estética, si está incluido en Patrimonio, si cuenta con algún tipo de protección o normativa particular esa calle… en definitiva, una serie de procesos que acabarán en un trámite último, la licencia de apertura. Un papel que, para conseguirlo, os recomendamos que contéis con la ayuda de Prada ingenieros y es que ellos llevan años trabajando con este tipo de solicitudes y nadie mejor que ellos conoce los pasos que debemos de seguir para hacernos con esta aprobación a la mayor brevedad posible. Y es que, si no disponemos de ella, todo nuestro esfuerzo habrá sido en balde, ya que no podremos iniciar la actividad laboral, al menos en ese local.
Además, contar con asesores en materia fiscal, laboral y contable es otra de las claves que debemos de tener en cuenta para no encontrarnos con sorpresas o que se nos haya pasado por alto algún trámite o papeleo con algún organismo público y que nos pueda acarrear una sanción.
Los jóvenes vienen con ganas de emprender
España es un país de emprendedores natos y lo podemos ver en cada una de nuestras ciudades. Esto es algo que debe ser motivo de orgullo y alegría y es que las nuevas generaciones vienen apostando fuerte por seguir nutriendo a nuestro país de riqueza y de producto interior bruto. Un ejemplo de esto que os comentamos lo podemos ver en que casi la mitad de los 50 alumnos de un plan formativo de las Cámaras de Comercio de Oviedo y Avilés lograron abrir negocios propios, una tarea que, como os decimos, es complicada pero que es el primer paso que hay que dar para conquistar el mercado.