Trabajar con porcelana para crear arte

Todos sabemos de su existencia. Conocemos la porcelana porque forma parte de nuestro día a día: desde figuritas decorativas en casa hasta tazas o platos en lo que comemos. Es difícil ignorar este material milenario con el que se fabrican todo tipo de objetos. Pero aun conocido, es un gran desconocido. Razón por la que hemos decidido dedicar un artículo a la porcelana y como se trabaja este material, para crear tanto obras de arte como lo que se le pueda ocurrir al artesano.

En particular, vamos a hablar de la porcelana fría, un material de gran versatilidad y facilidad de uso, cada vez más popular a nivel artístico y dentro del mundo de las manualidades. Gracias a sus múltiples aplicaciones, su fácil manejo, tanto los grandes profesionales como los principiantes, hacen gala de su habilidad, creando todo lo imaginable e inimaginable, con esta pasta flexible. Conocer sus características y propiedades o las técnicas más adecuadas para trabajar con ella, modelarla y pintarla con corrección, es fundamental para sacar todo el provecho de este reputado material.

Puesto que, como ya hemos dejado claro, no somos muy doctos en esta cuestión, hemos recurrido a los expertos. Desde ArteStilo, la tienda de porcelana por excelencia, nos han contado todo lo necesario para poder hablar de porcelana como corresponde. Tanto si te interesa conocer sus bondades y propiedades para utilizarla, como si es para poder adquirir piezas y objetos de este preciado material, con toda garantía, sigue leyendo. Quién sabe si puedes terminar convirtiéndote en todo un talento creativo y concebir las mejores piezas de porcelana.

Antes de continuar, señalar que porcelanas hay varias, aunque en este particular, vamos a centrarnos en la porcelana fría, su facilidad de manejo reside en que no requiere de horneado para endurecerse y se seca al aire. La porcelana tradicional, merece un artículo aparte.

La porcelana, mejor fría

Al menos para los más principiantes y las tareas artísticas o manualidades más sencillas. Para aquellos que cuenten con medios y conocimientos más avanzados, la porcelana cerámica es todo un reto. Al que los iniciados en la porcelana fría querrán enfrentarse en algún momento de su vida artística.

Como decimos, la porcelana fría, es una masa flexible y moldeable que no necesita recurrir al horneado para endurecer, puesto que se seca al aire. Esto marca una diferencia con otras pastas para modelar, como puede ser el fimo o la arcilla polimérica que si requieren de unas temperaturas más elevadas para secar. Dentro de los componentes de la porcelana fría, encontramos cola vinílica y maicena, ingredientes de andar por casa, como quien dice. Estos componentes, conceden a la porcelana fría una consistencia suave y moldeable.

En algunos países del mundo, como pueden ser Argentina o Brasil, el uso de este tipo de porcelana está muy extendido, sobre todo en el mundo de las manualidades. Esto se debe a que es posible encontrar diversas recetas caseras que proporcionan unos excelentes resultados para crear una porcelana fría casera con buenas propiedades para trabajar con ella. No obstante, existe una versión industrial que ofrece la calidad y consistencia necesaria para que los trabajos sean uniformes. La principal ventaja de este tipo de porcelana fría, es su flexibilidad y la textura estable, factores que la convierten en la opción de preferencia para los que deseen resultados óptimos y consistentes.

Para aquellos que se pregunten que opción es mejor, si la porcelana fría casera o la industrial, podemos decir que la primera opción, puede ser muy buen en caso de tener tiempo y ganas de experimentar. Con una buena receta, es posible obtener una masa con unas propiedades muy similares a la industrial. No obstante, la segunda opción, siempre ofrecerá esa calidad que proporciona la uniformidad y consistencia necesaria.

Aquellos que buscan rapidez y eficiencia, encontrarán en la porcelana fría industrial ventajas notables en lo que a estabilidad y durabilidad respecta. Se trata de una pasta fácil de usar, lista para moldear en cualquier momento y que no requiere invertir tiempo en su fabricación ni esforzarse en crear la masa.

A la hora de trabajar con porcelana fría, nos encontramos con un proceso de modelado simple e intuitivo. Basta con usar las propias manos para crear figuras y arte desde cero. Al mismo tiempo, es posible utilizar herramientas para obtener detalles más finos. Lo más esencial, es trabajar bien la masa. Un buen amasado antes de empezar a trabajar, resulta indispensable para obtener los mejores resultados. El amasado de la porcelana fría, proporciona mayor flexibilidad, ayuda a evitar las grietas y fisuras durante el secado y la hace más homogénea. Cuanto más homogénea sea, mejores resultados.

La porcelana fría, al contrario que la cerámica, no requiere horneado para su secado. En este caso, se seca de forma progresiva, lo que a su vez, resulta un inconveniente a la hora de modelar, puesto que si te demoras en el trabajo, la masa empezará a endurecerse, perdiendo sus propiedades flexibles. La práctica permite acostumbrarse a trabajar con ella y encontrar el punto de amasado adecuado, logrando convertir el proceso de trabajo en algo fluido y natural.

El trabajo con la porcelana

Trabajar con este tipo de porcelana requiere conocer algunos aspectos básicos, como su conservación, como pintar o pigmentar la pasta o los cuidados finales de las piezas creadas.

Uno de los aspectos esenciales, es sin duda su conservación. Saber cómo se conserva de forma correcta la porcelana fría es fundamental para evitar que se deteriore y reseque. Tanto si se trata de porcelana casera como industrial, debe protegerse del aire. Para ello, basta con utilizar una bolsa de tipo zip o un recipiente hermético, evitando que se endurezca  y posibilitando su uso durante mayor periodo de tiempo.

También resulta importante, trabajar con pequeñas porciones y guardar la masa mientras no se utilice. Disponer de bolsitas herméticas o recipientes para mantener la frescura de la pasta es una buena técnica de conservación. Guardarla en un lugar fresco y alejado de la luz solar, aumenta su durabilidad.

Llegado el momento de pintar o pigmentar tu obra de arte, creada con porcelana fría, la mejor opción es utilizar pintura acrílica. Este tipo de pintura se adhiere bien y proporciona mayor durabilidad al material. Pueden utilizarse tizas y polvo para añadir detalles de color e incluso, pintar con rotuladores permanentes para obtener acabados más sutiles.

Una de las alternativas más interesantes puede ser teñir la masa antes de proceder al modelado. En este caso, se pueden utilizar pigmentos líquidos o en polvo para proporcionar color a la porcelana en su estado flexible. Esta opción, permite ahorra en pintura y obtener colores más uniformes. Sin embargo hay que tener en cuenta que es posible que al secarse, el tono varíe y se aclare entre dos o tres tonos, respecto al original.

La porcelana fría, una vez seca y endurecida, es bastante resistente al paso del tiempo. Si bien es posible que se aumente su durabilidad, aplicando un barniz protector, una vez finalizada la pieza y pintada. Este barniz, puede al mismo tiempo aumentar la durabilidad y proporcionar un acabado más profesional.

Otro aspecto esencial del trabajo con este tipo de porcelana, es el concerniente al secado y posterior mantenimiento de las piezas elaboradas. El secado, es sin lugar a dudas, un punto clave dentro del proceso de creación, puesto que un buen secado garantiza mayor durabilidad a las creaciones. En este sentido, debemos saber que la porcelana fría, se seca desde fuera hacia dentro. Lo que quiere decir que aunque parezca seca al tacto, puede seguir húmeda por dentro. Si no se tiene precaución, la pieza puede deformarse.

Para secar bien las piezas, el lugar más adecuado es una zona con buena ventilación. En los ambientes muy húmedos como pueden ser las zonas de costa, puede ser necesario recurrir a deshumidificadores que eliminen el exceso de humedad presente en el aire.

Por último, mencionar lo relativo a la unión y como dar estructura a las diferentes piezas que compongan la creación. Este tipo de porcelana cuenta con una ventaja adicional: la cola vinílica que es uno de sus componentes principales. Esta cola, puede utilizarse para unir las piezas. Para una buena unión, es aconsejable que las partes a ensamblar, estén ligeramente húmedas, puesto que mejora la adhesión. Utilizar alambres inoxidables, es otra de las técnicas habituales para otorgar mayor firmeza y estructura a las figuras. Cabe señalar que algunos utilizan palillos de madera para este fin, aunque se trata de una práctica poco aconsejada, ya que si la pieza se rompe, la reparación será más complicada.

En resumen, la porcelana fría, se considera un material noble y versátil que permite crear todo tipo de piezas. Desde simples manualidades como mero entretenimiento, hasta piezas y figuras elaboradas con precisión y máximo detalles. Con una buena técnica de amasado, una buena conservación y un secado correcto, es posible obtener unos resultados, más que sorprendentes, excelentes. A nivel principiante o experto, la porcelana fría, ofrece muchas posibilidades y unos resultados que nada tienen que envidiar a la porcelana cerámica. Con este material, como con cualquier tipo de porcelana de los que podemos encontrar, podemos trabajar para crear arte y no solo, la típica vajilla a la que estamos acostumbrados.

 

 

 

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