Es probable que si le preguntas a alguien que hace un notario, te conteste “dar fe” con cierta sorna o, “firmar y coger la pasta”. Lo cierto es que literalmente puede ser así. Sin embargo, hay mucho más detrás de esta figura indispensable dentro del campo jurídico de nuestro país. Este profesional del derecho, es uno de los más elevados cargos que ostenta el derecho, por lo que deberíamos conocer sus funciones un poco más detalladamente y no quedarnos en la superficie.
Lo primero que debemos saber es que el Notario, es un funcionario público cuyo objetivo principal es velar por la veracidad de los documentos que lleguen a sus manos, a razón de lo que dicten las leyes. La palabra notaría, procede del latí “notare”, que se traduce como escribir o designar. De ahí que esta figura jurídica exista desde hace ya unas cuantas décadas. En el año mil ochocientos sesenta y dos, ya se reguló la Ley del Notariado, haciendo que en la actualidad este profesional, se haya convertido en una figura imprescindible a la hora de realizar ciertos procedimientos que requieren de su firma para que se formalicen.
Esta es la razón por la que las notarías cuentan con una función clave, puesto que son las encargadas de comprobar, legitimar y dar fe pública de los actos y hechos pactados entre las personas. Todo esto puede corroborarse en notarías como Pérez Juan Notaría en la que nos han hablado de todo lo que una notaría puede hacer por los ciudadanos. De hecho, la mayoría de los ciudadanos han tenido que recurrir a los servicios de un notario en algún momento de su vida. Ya sea porque han comprado una vivienda, se han convertido en herederos por algún deceso o adquirido una empresa, entre otras posibilidades. La cuestión es que la figura del notario, está presente en infinidad de situaciones.
Un profesional al servicio público
Aunque cueste creerlo (o no), el notario es un profesional al servicio público que, para ejercer sus funciones, ha tenido que aprobar previamente una oposición. Antes de presentarse a dicha oposición, deben estar licenciados en derecho y aprobado el examen en concurso público para convertirse en un funcionario del estado. Es decir, se eligen tras aprobar es oposición tan competitiva.
Se trata de un profesional cercano e imparcial, cualificado para garantizar que un contrato o negocio este ajustado a la legalidad vigente. Por otro lado, a diferencia de otro tipo de funcionarios públicos, los notarios, desarrollan su profesión en libre competencia. Aunque no son ellos los que ponen los precios a sus servicios puesto que vienen determinados por el Estado. La razón por la que esto es así, es que los notarios cumplen funciones normativas, por lo que es el Estado quien deber asegurar que este servicio se encuentre al alcance de todos los ciudadanos, al tiempo que resulta accesible. De otra manera, difícilmente, podrían conseguirse sus servicios.
Su responsabilidad está centrada en la prevención de fraudes, lo que los convierte en testigos imparciales, destinados a certificar la autenticidad de un documento.
En este punto, llegamos al asunto de la fe. ¿Qué es eso de la fe pública o notarial? Te lo vamos a contar. Se trata de la facultad que se le concede al notario por ley, para que pueda autentificar declaraciones que se realizan ante su persona. Su función consiste en cooperar con los intereses públicos. Cabe señalar que son los propios interesados los que tienen máxima libertad de elección sobre el notario que prefieren. Solo de esta manera pueden ejercer sus funciones.
Para poder cumplir con sus funciones como es debido, los notarios deben cumplir con una serie de características. Han de ser, como ya hemos dicho anteriormente, profesionales del derecho que se caracterizan por su imparcialidad y cercanía. Además de estos factores de máxima importancia, debe contar con otras características, como la seguridad. Por tratarse de profesionales del derecho y el registro, su servicio es una garantía de seguridad y legalidad. Se aseguran de que el contrato, negocio o declaración se corresponda con la realidad y sea intachable.
En este sentido, la escritura pública es fehaciente ante los Tribunales, por lo que no es posible dudar de su veracidad.
Se trata de profesionales independientes que, únicamente están condicionados por lo que dicta la ley, factor que garantiza su imparcialidad.
Cuando hablamos de la cercanía de la que hace gala el notario, se hace referencia a que pueden elegirse en función de la distribución del territorio y acceder al más cercano al lugar donde se le necesita. Existe flexibilidad en la distancia y puede elegirse al que se quiera.
Por otro lado, se trata de un profesional más que cualificado. Requiere de una formación y unos estudios que duran años y se comprueban mediante mecanismos de evaluación muy duros y estrictos. Adicionalmente, los notarios deben mantenerse al día en cuanto a legislación y leyes respecta, por lo que viven en una formación continua.
La tranquilidad que ofrece un notario es inestimable. Firmar cualquier tipo de documento, con independencia de su naturaleza, ante un notario, se traduce en tranquilidad para cada una de las partes involucradas en el mismo. La presencia del notario, conlleva veracidad y cumplimiento de lo que establecen las leyes.
Respecto a los costes, se trata de un servicio asequible, cuya factura va en gran medida, destinada al pago de impuestos y otra serie de exigencias que pide la ley. Se trata de un servicio asequible a la mayoría de los ciudadanos con un precio tasado por el Estado.
Funciones y razones
Dado que se trata de un funcionario público, autorizado por el Estado para dar fe de los contratos y demás elementos extrajudiciales pero conforme a la ley, debemos saber cuáles son sus funciones y las razones por las que es necesario contratar sus servicios.
Como funcionarios públicos, ejercen la fe pública notarial, lo que permite amparar lo que observa, escucha o percibe con sus sentidos. En el ámbito del derecho, verifica que la información de un contrato o documento, se ajusta a la ley, así como la autenticidad y fuerza probatoria de la declaración de voluntad de las partes involucradas.
Como profesional del derecho, tiene la obligación de asesorar a toda persona que lo necesite. Debe aconsejar respeto de los requisitos jurídicos adecuados en cada situación.
Conceden seguridad jurídica y pueden ayudar a que un documento cuente con validez jurídica en caso de ser necesario.
Proporciona fuerza probatoria a los documentos que se presentan y firman en la notaria, dando fe de su veracidad.
Concede autenticidad a la creación de una sociedad de capital.
Se trata del profesional con mayor cualificación a la hora de solventar dudas relacionadas con la fiscalidad.
Es el encargado de realizar la gestión de las herencias y testamentos.
También se encuentra entre sus funciones, la de elaborar y tramitar las escrituras públicas necesarias para los actos y hechos que disponga la ley o en casos que sea voluntad de las partes hacerlo de esta manera.
Así mismo se ocupan de la corrección de errores en las escrituras públicas.
Reconocen documentos privados, dando fe y dejando constancia pública de lo manifestado por la parte interesada y lo que contiene el documento.
Expedición de copias de las escrituras públicas, guardar y conservar archivos notariales, también son parte de su cometido. Así como la autentificación de firmas o copias y dar testimonio escrito de que una persona está viva (fe de vida).
Dadas todas las funciones que tiene un notario, las razones para recurrir a sus servicios pueden ser muy amplias y variadas. Además, existen algunas situaciones en las que su presencia es necesaria y obligatoria. Algunas de ellas son la elaboración de testamentos; la constitución de sociedades mercantiles y su disolución; operaciones de compraventa de bienes muebles e inmuebles; cesión de participaciones y acciones; capitulaciones matrimoniales; prestamos; fe de vida; fe de hacer una donación; fe de transformaciones empresariales, fusiones y escisiones; bodas, parejas de hecho; disolución de matrimonio; otros documentos privados y públicos.
Una amplia tramitación de documentos tanto de carácter público como privado, necesitan acompañarse de forma obligatoria por la presencia del notario. Son muy numerosos los procesos en los que se requieren sus servicios para poder dar la veracidad correspondiente sobre los documentos que se presenten.
En otras ocasiones, aun no siendo obligatoria su presencia, es recomendable para elevar el carácter del documento y que posea mayor notoriedad de carácter legal.
Con todo esto, solo nos queda decir que la figura del notario es sin lugar a duras, necesaria para la formalización de todo tipo de documentos que requieren de veracidad frente a terceros. Estos profesionales del derecho, no solo han tenido que estudiar una carrera plagada de dificultades académicas, además, han tenido que prepararse a conciencia para llegar a ser notarios. Se trata de profesionales que cumplen un rol de suma importancia en nuestra sociedad, puesto que su firma es necesaria para una gran cantidad de procedimientos de carácter legal. Como ya hemos dicho, en numerosos trámites, contratar los servicios de un notario es estrictamente obligatorio, sin su firma, la validez no es posible.
En definitiva, un notario da mucho más que fe.