Los retos de 2019 en el sector del transporte por carretera

El 2018 ha acabado con varias situaciones bastante mal para el sector del transporte por carretera debido a la subida de precios del gasoil, que ha aumentado los costes de los servicios de transporte de mercancías por carretera. Pero lo cierto es que el sector del transporte de mercancías por carretera se enfrenta a otros retos.

Tengamos en cuenta que está en marcha una revolución del sector a través de los camiones eléctricos y autónomos. España, Alemania y otros países de la Unión Europea ya han puesto en marcha planes para eliminar del mercado los vehículos que utilizan combustibles fósiles, lo que ha hecho que los grandes fabricantes del sector hayan mostrado sus planes respecto a la fabricación de vehículos eléctricos. Y también se han presentado tecnologías de conducción autónoma, que son una fuente de preocupación para muchos trabajadores de este sector, que ven cómo dentro de unos años su trabajo puede desaparecer tal y como lo conocemos a día de hoy.

Y si hablamos de tecnología, también está el tema de la digitalización que alcanza a todos los sectores. Este fenómeno está cambiando progresivamente el sector, haciendo que cada vez esté más conectado debido a las diferentes necesidades logísticas de las empresas que lo conforman. Y hoy más que nunca, la adaptación a la era digital del transporte es necesaria.

Todo ello nos deja en una situación en la que las empresas no solo deben de preocuparse de las previsiones económicas a medio-largo plazo, sino que además deben de echar un ojo a cómo se mueve al mercado para adelantarse a los cambios con el fin de no sufrir pérdidas por no haber previsto las situaciones con antelación.

Pero a pesar de todo, existen empresas acostumbradas a adaptarse a los cambios de legislación y del mercado para ofrecer los servicios más profesionales a sus clientes. En Alicante hay una empresa de transporte famosa por adaptarse a los cambios del sector y volcarse al sector internacional. Hablamos de Cargolink, una empresa fundada en 1991 con el objetivo de ofrecer un servicio específico y de calidad al cliente, incluso en aquellos países que presentaban complejidades especiales, caso de muchos Países del Este.

A qué se enfrenta las empresas del sector

El principal problema al que se enfrenta el sector es la subida del impuesto al gasoil de hasta 4,8 céntimos por litro podría afectar al 88 por 100 de los transportistas de nuestro país en España, que en su mayoría son autónomos. En la mayor parte de los casos estos tendrán que asumir ese incremento de manera individual, salvo que los cargadores decidan repercutir esta subida en sus tarifas, algo muy poco probable.

Aunque la legislación reconoce la posibilidad de emitir cartas de porte electrónica (e-CMR) y los equipara con los documentos en papel, todavía muchas empresas continúan reclamando los documentos impresos. La adaptación al e-CMR supondrá una mejora en el tracking de los documentos, agilizará los procesos de facturación y, al mismo tiempo, el ahorro de papel contribuirá a preservar el medio ambiente.

La sociedad está reclamando mayor responsabilidad de todos los actores económicos en lo que respecta al cambio climático. El transporte debe orientarse hacia una utilización más eficiente de los recursos, por lo que es prioritario tratar de optimizar las cargas y reducir los kilómetros en vacío que realizan los vehículos. De este modo se reducirán también las emisiones de gases contaminantes y los costes de los transportistas, a través del ahorro de combustible.

La implantación de megacamiones en España está siendo una realidad. Los grandes cargadores ya han empezado a incorporar dentro de sus flotas este tipo de vehículos que permiten un transporte de mayor volumen a menor precio, optimizando al máximo los recursos. Los transportistas autónomos que quieran competir en el mercado van a tener más difícil el acceso a este tipo de vehículos, ya que su precio es mucho más elevado que un camión tradicional.

Los vehículos de Gas Natural Licuado (GNL) para los transportes entre los centros logísticos y última milla están ganando cada vez un mayor protagonismo. El uso de este combustible alternativo reduce tanto de las emisiones de CO2 como de óxido de azufre (SOx), óxido de nitrógeno (NOx) y partículas contaminantes en comparación con los motores tradicionales. Además, estos vehículos podrán acceder sin problema al centro de grandes ciudades. El problema, una vez más, será su precio.

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