Gimnasios: una apuesta para el presente

Los españoles estamos cada vez más preocupados por nuestra salud física y mental. Esta es una de las cuestiones que explican el porqué del ‘boom’ de la práctica deportiva en nuestro país. El ‘running’ o el ciclismo son dos de las prácticas que más gustan a todos aquellos que encuentran en el deporte un medio para cuidarse. Otro de esos medios es el de acudir al gimnasio, una práctica que se va extendiendo con el paso de los años y que ofrece oportunidades de negocio que es conveniente no dejar pasar.

Los datos hablan por sí solos. Como indica este artículo del diario El País, España es el cuarto país de Europa en cuanto a número de socios con 4’9 millones, solamente superado por Alemania (9’1 millones), Reino Unido (8’3 millones) y Francia (5 millones). En nuestro país el perfil del abonado al gimnasio es claro: joven, de cualquier sexo y con residencia en una ciudad superior a 50.000 habitantes.

En una ciudad como Madrid es evidente que un negocio así tiene cabida. Teniendo en cuenta el perfil de los usuarios y que éstos suelen preferir un gimnasio low-cost, empecé a valorar, hace unos dos años, la posibilidad de abrir uno de esos centros en el barrio de Moncloa, uno de los más visitados los estudiantes que residen en la capital madrileña. Creía firmemente que tenía una gran oportunidad para granjearme buenos beneficios y que lo que realmente era necesario era apostar por ello.

Eso fue lo que hice. Alquilé un local de grandes dimensiones y comencé a darle forma con la adquisición de varias máquinas y la contratación de tutores para clases de zumba o g-box. Sin embargo, también me hacía falta tener en propiedad algunos elementos que, si bien están al margen de la práctica habitual en un gimnasio, sí que son útiles para la rutina en él se desarrolle sin problemas. Estamos hablando de los controles de acceso o tornos.

Necesitaba adquirir cuanto antes este tipo de elementos para poder inaugurar el negocio cuanto antes. Por eso empecé a pedir el consejo de algunos conocidos, que me recomendaron que visitara la página web www.gestigym.com, en la que tenía un catálogo donde podría observar diferentes modelos de tornos y su precio. Confiaba en encontrar el adecuado para mi negocio y lo iba a conseguir.

Rápidamente, me puse en contacto con los regidores de la página. Les hablé de mi negocio y de mis necesidades, ante lo cual me hicieron una recomendación. El modelo de tornos que me proponían me convencía porque era bastante fiable, no solía dar problemas técnicos y no suponía un gran gasto por mi parte. Se trataba justamente de lo que andaba buscando.

Un sistema de acceso rápido y controlado

El sistema de acceso proporcionaba una gran ventaja tanto a los usuarios del gimnasio como a los que vivimos de él. A los primeros les permite acceder de una manera rápida y cómoda, sin más problema que el que supone sacar su tarjeta de socio. Para nosotros, un sistema como este nos permite tener bien controlado que quien accede a nuestro gimnasio es realmente uno de nuestros socios.

Llevamos cerca de dos años con el sistema y la verdad es que hemos sacado muchísimas ventajas de él. Nuestros usuarios están contentos porque acceder al recinto no les supone ningún problema y nosotros hemos conseguido ese rigor y ese control que buscábamos.

El negocio está funcionando a la perfección. Hemos conseguido ampliar el número de socios de manera progresiva desde la apertura y en la actualidad tenemos una cantidad de beneficios que nos permite tener asegurada una buena parte de nuestro futuro. Aunque sabemos que en el mundo empresarial no hay que bajar la guardia en ningún momento, tengo esa tranquilidad que tanto demandan los emprendedores. Con ese ‘boom’ de personas que se preocupan por su cuerpo en nuestro país y el cuidado que le garantizo a mis clientes, estoy seguro de que mi negocio gozará de una buena salud durante muchos años.

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