El vino en su punto

Los amantes del vino bien saben de su conservación óptima y la temperatura de servicio adecuada. No es lo mismo beber un vino a temperatura ambiente que con su temperatura adecuada. Los entendidos lo saben y los que no entendemos también, porque estamos cansados de escucharlo.

Los amantes del vino bien saben de su conservación óptima y la temperatura de servicio adecuada. No es lo mismo beber un vino a temperatura ambiente que con su temperatura adecuada. Los entendidos lo saben y los que no entendemos también, porque estamos cansados de escucharlo.

¿Realmente es tan importante la conservación del vino? En Vicave entienden de vinos y por ello, nos han asesorado al respecto. Porque una cosa es servirlo y otra, mantenerlo para que no pierda sus propiedades y condiciones.

El vino está considerado como un elemento vivo, sobre todo el tinto. Esto quiere decir que evoluciona con el paso del tiempo, siempre y cuando se conserve en las condiciones necesarias y adecuadas para que no se estropee.

¿Cómo se consiguen esas condiciones? Lo ideal como nos cuentan nuestros amigos de Vicave, seria disponer de una vinoteca hecha a medida. A medida del vino y la bodega que pretendamos tener. Pues no es lo mismo conservar los tintos que los blancos. Los primeros requieren un poco más de atención ya que son algo más delicados.

Pero para los que no codiciamos tener esa bodega, pero nos gusta disfrutar de una buena copa de vino de vez en cuando, ahí van unos cuantos consejos y métodos de conservación y servicio.

Empecemos por el principio, ¿cómo se obtiene el preciado líquido?

Tras un delicado y mimado proceso de elaboración, la acción de las levaduras existentes en el mosto de la uva, hacen su trabajo, fermentan y dan lugar al vino, con sus matices, sabores, colores. Según la uva y su proceso, se obtiene una u otra variedad de vino: blanco, tinto, rosado, espumoso…

La conservación de las botellas es fundamental. Para hacerlo en casa, lo ideal es mantenerlo en un lugar donde la temperatura sea constante. Importante que se encuentre entre 8 y 15º. Pese a la creencia popular de que el tinto debe mantenerse siempre a temperatura ambiente, lo ideal es que no supere los 20º. Y por supuesto, preferible un lugar frio que uno excesivamente cálido.

En cuanto a la luz, mejor a oscuras. Evitar la luz directa ayuda a mantener sus propiedades y como el vino es caprichoso, le gusta dormir en un lugar fresco, oscuro, sin olores y sin ruidos. Ideal si tienes un trastero o un armario donde puedas mantenerlo alejado del mundanal ruido.

Otra cuestión de dominio popular, la posición de la botella. Horizontal, siempre. Salvo que abras la botella y en ese caso, de pie, con su corcho y en la nevera.

¿Por qué tumbado?

Al permanecer en posición horizontal, el corcho siempre está en contacto con el vino y mantiene la humedad de este. Así mismo, impide la entrada de oxigeno que produciría la oxidación del caldo y por ende, su deterioro y perdida de matices, sabores etc.

Todo esto es aplicable al vino tinto sin abrir. Una vez abierta la botella, la conservación es algo diferente. Lo mejor es bebérselo y no dejar la botella abierta, así te aseguras de que no pierde ninguna de sus propiedades, pero eso no es siempre factible.

Lo primero de todo es poner su corcho cuando acabes de servir, eso protege del aire que produce la oxidación y posteriormente, a la nevera. En esta ocasión de pie. ¿Por qué vertical en este caso? Simple, en la botella siempre habrá algo de aire y el oxígeno del aire es enemigo del vino, por tanto, cuanto menos vino entre en contacto con el aire, mejor.

Básicamente, para proteger el vino de cualquier contrariedad hay que mantenerlo lejos de la luz, el aire y el calor.

En cuanto a los blancos y rosados, son menos delicados, pero se aplican las mismas leyes de conservación: evitar que el oxígeno entre en contacto con el líquido y las altas temperaturas.

Una opción recomendada si no tienes espacio suficiente para botelleros de madera, es adquirir una cava eléctrica que mantendrá la temperatura adecuada de forma constante.

Temperatura de servicio

Si tanto bombo se le da a la temperatura ideal de cada tipo de vino, por algo será. Ese algo, es poder degustar, apreciar y aprovechar todos y cada uno de los matices, cualidades y sabores que aporta un buen vino.

No sabe igual un tinto frio que a su temperatura ideal, eso es cierto, aunque debo decir que también va en gustos y que la temperatura adecuada para el tinto ronda los 14º.

Os detallo las temperaturas más generalizadas de cada tipo de vino:

Para un tinto joven, oscilará entre los 10 y 14º, teniendo en cuenta si se trata de un vino ligero o con algo de cuerpo.

Los crianza, que ya tienen más cuerpo se disfrutan mejor si los sirves a una temperatura que vaya de los 14 a los 16º.

Para degustar un reserva o gran reserva, con mucho más cuerpo y matices, sírvelo a 16 o 18º.

Dentro de los blancos y espumosos no hay tanta diversidad, entre los 5 y 10º puedes degustarlo y captar todos sus matices y propiedades.

A tener en cuenta que los vinos muy fríos suelen resultar más ácidos al paladar y a mayor temperatura se acentúan las notas dulces y el alcohol, algo que puede resultar poco agradable.

La importancia del corcho

El corcho en el vino no solo sirve para evitar que este se desparrame y mantener la botella cerrada. Sus propiedades lo convierten en un aliado perfecto para mantener el vino en perfectas condiciones y permitir su evolución.

Gracias a su memoria elástica y su flexibilidad, se adapta a cualquier tipo de botella. Puedes volverlo a poner tras sacarlo.

Favorece la micro oxigenación del vino, no permite la entrada de oxigeno pero cede el suyo propio de forma constante y sin que dañe el producto.

Es impermeable y por tanto se puede mantener el vino en reposo años sin que se estropee.

Es renovable, biodegradable y sostenible. Su huella de carbono es negativa, con lo que contribuye al balance carbónico del planeta.

Eso sí, una regla cierta, si el corcho está en mal estado por la razón que sea, el vino estará por consiguiente en malas condiciones.

No obstante, existen alternativas al tapón de corcho tradicional: tampón de rosca, tapón de corcho sintético y cristal vinolock. Si bien es cierto que van ganando terreno en mercados emergentes de producción vinícola, un buen vino siempre llevara su tapón de corcho.

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