El de la moda es un sector muy particular y muy interesante para toda aquella persona que desee vivir de él. A cada vez más gente le importa el tener un estilo propio a la hora de vestir, un estilo que confeccione esa imagen que queremos que los demás tengan sobre nosotros mismos y que nos confiera una personalidad. Las posibilidades para hacer negocio en este sector son, por tanto, muy atractivas.
Sin embargo, hay que saber operar muy bien en el negocio de la moda. Es evidente que nuestros clientes y clientas no van a querer cualquier prenda. Hay que ofrecer calidad y para ello sería imposible desenvolvernos en un sector como este si no contamos primero con un proveedor que nos garantice productos que vayan a encandilar a nuestros clientes.
Desde hace varios años tengo una tienda de ropa de mujer en Madrid. El negocio, aunque es verdad que ha superado el periodo de crisis en el que seguimos inmersos, no me ha reportado las ganancias que yo esperaba en un principio. Puedo vivir de él, pero sin demasiadas florituras.
Desde que abrí la tienda trabajo con un solo proveedor, que me ha suministrado la ropa que me ha hecho falta en cada momento. Sin embargo, hace un par de años esa empresa decidió encarecer el precio de sus productos, y me obligó a hacerlo también a mí para poder subsistir. Hace pocos meses, ocurrió lo mismo de nuevo. Nuevo encarecimiento de los productos que me volvió a obligar a subir mis precios. Ante el reproche justificado de muchas de mis clientas, decidí que era la hora de cambiar de proveedor.
Me encontraba ante el problema que supone encontrar uno nuevo. Es difícil hallar una empresa que suministre exactamente lo que necesita una tienda. Pero en mi caso no fue imposible. En Internet descubrí www.hhg.es, una empresa dedicada a la venta al por mayor de todo tipo de ropa de mujer: camisetas, chaquetas, vestidos, faldas e incluso complementos.
Estudiando la relación calidad-precio de los productos de esa empresa quedé totalmente convencido. Las prendas eran muy buenas y el precio mucho menor del que estaba pagando con mi antiguo proveedor. Podría tener mejores productos en mi tienda a un mejor precio. El resultado sería muy positivo, así que no me lo pensé y confié en www.hhg.es para que me suministrara esa ropa con la que toda mujer se quiere hacer.
El cambio se tradujo en resultados
Tal y como pensaba, el efecto de ese nuevo enfoque que le había dado a la tienda trajo muy buenas noticias para el negocio. Efectivamente, bajé los precios de las prendas ya que éstas me costaban mucho menos. Como consecuencia, las ventas se dispararon y mi margen de beneficios aumentó considerablemente de un mes para el siguiente. La imagen de la tienda mejoró y muy pronto tuve más trabajo del que había tenido desde la apertura.
A medida que la tienda ganaba éxito, me daba cuenta de una cosa. El hecho de que antes tuviera un éxito limitado no se debía a que estuviéramos atravesando una crisis económica peligrosa y terrible. Se debía a que las prendas que yo vendía tenían cierta calidad, pero no la que tienen mis prendas actuales. En estos meses que he trabajado con HHG he conseguido imprimirle un nuevo estilo a la tienda, un estilo que me ha permitido dar un salto hacia el primer nivel en lo que a la moda se refiere. He ampliado mi plantilla y mis posibilidades económicas. Y tan solo confiando en la empresa adecuada.