El mundo de la industria, a lo largo de los años, ha ido avanzando de la mano de la tecnología y es que se ha servido de esta para mejorar cada vez más sus procesos de producción dejando ya bien lejos aquellos tiempos en los que cada obrero realizaba su tarea en concreto y los compradores dependíamos de su velocidad y de la carga de trabajo que este tenía para disponer del producto que fabricaba. Hoy en día, la gran mayoría de elementos que adquirimos, se producen en plantas de ensamblaje que trabajan en cadena de tal forma que han conseguido optimizar los procesos de producción, creando más y abaratando costes para así, permitir el acceso a ellos a un mayor número de consumidores.
En este trabajo entran en juego muchos factores y compañías especializadas en la automatización de procesos productivos como Rielec, que, debido a sus instalaciones con la tecnología más puntera, se han convertido en referencia para todas las compañías a la hora de actualizar la maquinaria de las empresas.
Hoy en día existen grandes factorías en las que el proceso de producción está automatizado en gran medida mediante el uso de robots que realizan el trabajo que hasta no hace mucho, llevaban a cabo los operarios humanos, trabajadores que actualmente se han reciclado para ser los encargados de supervisar y mantener en perfecto estado de funcionamiento a las diferentes máquinas que operan. Esta revolución tecnológica usualmente la conocemos por las fábricas de vehículos y es que estas son las imágenes que más habitualmente vemos, pero también existen otras muchas empresas de diferentes sectores que han delegado los trabajos más duros a este tipo de máquinas como por ejemplo ocurre con los móviles, electrodomésticos e incluso en algunos casos, muebles.
No solo en lo que respecta al ensamblaje se ha cambiado a humanos por máquinas, también en las compañías que proveen a las grandes fábricas de componentes e incluso en las de reciclado una vez han finalizado su vida útil, por lo que este cambio de tendencia y del papel de los trabajadores en las empresas industriales es una realidad actual que no podemos obviar puesto que en el futuro este cambio será todavía más acentuado hasta un punto en el que los robots sean los encargados de realizar las más complicadas funciones ya que son capaces de llevarlas a cabo con un riesgo menor de accidente y con una precisión mayor, con diferencia, respecto a la que pueden tener los humanos.
A pesar de que obviar la automatización ya no es una opción puesto que el futuro de las empresas pasa por esta tendencia, en la actualidad todavía existen empresas que son reacias a apostar por esto en defensa de la calidad y la exclusividad como son los casos de Ferrari, Rolls Royce o las marcas más exclusivas de relojería suiza y es que a pesar de que en sus factorías si hay robots, estos juegan un papel secundario como apoyo a los empleados. Incluso en algunas de estas plantas de producción, el papel del obrero es tan fundamental que estampa su firma en cada uno de los coches como fabrica simbolizando la obra de excelencia que ha creado para el disfrute del afortunado consumidor.
Las Smart cities, otra de las innovaciones tecnológicas enfocadas a la automatización
Desde hace ya varios años existe una predisposición global a cambiar la estructura de nuestras ciudades, tanto la que vemos, con una tendencia a hacerlas más verdes, más ecológicas y más sostenibles, aumentando el número de zonas peatonales, prohibiendo la circulación de vehículos a motor de combustión, creando nuevos pulmones verdes y sendas ciclistas, incentivando el uso de energías renovables como paneles solares y otras muchas formas de crear, en definitiva, una nueva forma de construcción más amigable con el medio ambiente, como la que no vemos, como es toda la red de cableado, tendido, abastecimiento, desagüe y demás elementos que permiten el funcionamiento de la urbe.
En este apartado, en el que se refiere al funcionamiento, entra en juego el concepto de Smart city, o traducido al español, ciudad inteligente, y es que en la actualidad se busca llegar a tener ciudades conectadas en las que se puedan controlar todos los elementos de forma remota desde un centro de mando. Esta tendencia no solo es aplicable a grandes urbes sino que en nuestro país también se está apostando por llevarlo a cabo incluso en zonas rurales con lo que dentro de unos años y mediante el desembolso de una gran cantidad de millones de euros para adaptarnos, podremos presumir de ser uno de los países más conectados del planeta.