A menos que viva debajo de una piedra, cualquier persona ha oído hablar de Cincuenta sombras de Grey, una de las principales irrupciones literarias de la década, que ha convertido a su autora, la novelista británica E. L. James, en una de las escritoras más vendidas y una de las cien personas más influyentes del mundo, según la revista Time. Y, sin embargo, la escalada al éxito de esta popular trilogía no se corresponde con el recorrido tradicional del circuito literario -es decir, aquel auspiciado y publicitado por las grandes editoriales-, sino que representa el triunfo más sonado de una revolucionaria y próspera manera de entender la producción literaria: la autoedición de libros.