Siempre he sido amante de las antigüedades, de todos los tiempos y de todas las épocas. Hay una magia en los artículos antiguos que tienen una utilidad que podemos aprovechar incluso hoy. Esto atrae a los amantes de las antigüedades, que para nada son pocos, a las subastas y a las tiendas de segunda mano. Esto lo tenemos que agradecer al avance que el ser humano ha desarrollado a lo largo de los años. Aquí hay que hablar de la industrialización, una etapa histórica vital que ha configurado la sociedad moderna tal y cómo la entendemos hoy, ya que vivimos en un mundo industrializado al máximo que no para de desarrollarse en muchos sentidos.