Con la llegada de las vacas flacas, las empresas afectadas por la depresión económica iniciada en 2008 se han visto obligadas a desprenderse de elementos superfluos que incrementaban la columna del debe en los balances de manera imprudente. Se trata de gastos como los vehículos de empresa que, incluso siendo imprescindibles para la actividad comercial cotidiana, han pasado a suponer en algunos casos una fuente de obtención de liquidez inmediata gracias a empresas de empeños de coches como Global Car, también especializada en el empeño de motos, embarcaciones y propiedades inmobiliarias. La promesa de obtener hasta el 80 % de la tasación del automóvil establecida por la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam)