El certificado energético es obligatorio

Todavía me sorprende con alguien quiere comprar, vender o alquilar su casa y desconoce el famoso certificado energético, algo que es obligatorio desde junio del 2013. La obligación de mostrar el certificado está regulada en España por el Real Decreto 235/2013. La responsabilidad de obtener este documento imprescindible es del propietario de la vivienda, quién debe contratar el servicio de un técnico para obtener su certificado. Si aún tienes dudas, visita la web certificadosenergeticosbcn.com, donde vas a poder informarte, y trabajar con profesionales de primer nivel.

Todavía me sorprende con alguien quiere comprar, vender o alquilar su casa y desconoce el famoso certificado energético, algo que es obligatorio desde junio del 2013. La obligación de mostrar el certificado está regulada en España por el Real Decreto 235/2013. La responsabilidad de obtener este documento imprescindible es del propietario de la vivienda, quién debe contratar el servicio de un técnico para obtener su certificado. Si aún tienes dudas, visita la web certificadosenergeticosbcn.com, donde vas a poder informarte, y trabajar con profesionales de primer nivel.

¿De dónde viene esto? Pues la razón es que el 58% de los edificios españoles se ha construido sin ningún criterio de eficiencia, el 90% son anteriores a la aplicación del Código Técnico de la Edificación, CTE, y un 60% son anteriores a la aplicación de la NBE-CT 79, la primera normativa de construcción que tiene en cuenta criterios de eficiencia energética en España. De ahí que ahora haya que amoldarse a la nueva situación. El sistema de evaluación establece siete niveles de certificados en función de las emisiones de dióxido de carbono y del consumo de energía del edificio. Conforme a la normativa nacional, se parte de la «G», que es la menos eficiente a la «A», que es la más eficiente. Vamos como si se tratara de las notas en el colegio.

Es decir, que una vivienda eficiente que cuente con la categoría más alta de  eficiencia energética (A) consume hasta un 90% menos de energía que una que esté catalogada con el nivel más bajo. Una de clase B en torno al 70%; y la clase C, un 35%. En teoría es algo que nos beneficia, y más si pensamos al precio que se encuentra cualquier tipo de energía en este país.

Este certificado incluye más cosas. Sobre todo información sobre las características energéticas de los edificios, y, en el caso de edificios existentes, un documento de recomendaciones para la mejora de los niveles óptimos o rentables de la eficiencia energética del edificio o de una parte de este, de forma que se pueda valorar y comparar la eficiencia energética entre ellos, con el fin de favorecer la promoción de edificios de alta eficiencia energética y las inversiones en medidas de ahorro de energía y de implantación de energías renovables.

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Reducción de Co2

Reformar nuestra vivienda supone una perfecta oportunidad para hacerla más eficiente y reducir su consumo de energía y sus emisiones de CO2. Para muchos usuarios, esta certificación es entendida como un trámite o como algo para sacar dinero. Sin embargo este trámite, que es voluntario , es decir que si no se vende o alquila el inmueble no hay que hacerlo, conlleva múltiples ventajas y genera externalidades positivas. Las consecuencias de realizar medidas de eficiencia energética en la edificación y mejorar la calificación son elocuentes. Por eso es fundamental conocer el alcance del certificado.

Espero que estas nociones os hayan servido para conocer un poco más de este famoso certificado, pero aún desconocido para mucha gente. Y es que según una encuesta realizada por el IAE, decía que el 36% de los encuestados con mucha probabilidad tendrían en cuenta la información del certificado energético a la hora de alquilar o vender una vivienda. Me parece muy poco.

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